jueves, 23 de septiembre de 2010

La histeria periodística


En la Argentina se está produciendo un fenómeno particular. Se trata de los periodistas histéricos. No son malos, ni buenos. Son histéricos.
   Ojo, no me voy a referir a los que siempre defendieron los intereses de las grandes corporaciones. Ni me interesa escribir sobre los que operan para los grupos y auspiciantes que les pagan. Esos son coherentes estuvieron están y estarán siempre defendiendo lo mismo.
   Los que si me interesan, son los que durante casi toda su trayectoria se mostraron como progresistas. A ver si puedo explicar este fenómeno al que hice referencia.
    Han empleado kilos y kilos de tinta, metros y metros de tapes, escribiendo y hablando durante buena parte de sus vidas, por la reivindicación de los DD.HH. Pidiendo que se deroguen los indultos y las leyes de obediencia debida y punto final.
   Han reclamado hasta el hartazgo una nueva ley de servicios audiovisuales.
   Han pedido a gritos asistencia social. Algo parecido a la Asignación Universal por Hijo.
    Inclusive alguno de ellos ha sido propietario de periódicos y manifestaba insistentemente lo difícil que era competir con los medios históricos (prefiero no decir hegemónicos) de la Argentina, ya que estos medios eran socios en Papel Prensa y les vendían a los demás diarios el papel a un precio desleal.
     La lista podría seguir, es larga, larguísima. Por ejemplo, los recuerdo pidiendo asistencia a los ex combatientes de Malvinas. No abandonar a los trabajadores que quedaban fuera del sistema por falta de algunos años de aportes y no podían jubilarse. Los recuerdo elogiar la medida del gobierno de Uruguay de darle a cada alumno una Netbook. También los recuerdo haber escuchado hablar a favor del matrimonio igualitario. Criticaron hasta el hartazgo la flexibilización laboral, que durante esta gestión fue derogada. Han suplicado por la ley de medicamentos genéricos. Y la verdad que podría seguir porque la lista es realmente extensa.
    Sin ir más lejos, hace poco lo vi a Caparros en una entrevista. Mencionaba muchas medidas del gobierno y elogiaba la medida, pero criticaba el espíritu. Por ejemplo; con causa Papel Prensa dijo estar de acuerdo, pero entre algunas otras nimiedades le pareció muy largo el discurso de la presidente ¿?.
   Porque aparentemente a este país, lo gobierna una manga de bandidos, tan perversos, tan canallas, tan crueles, tan despiadados, que están dispuestos a resolverle algunos problemas a los que menos tienen, con tal de concentrar poder, dinero y maldad.

  ¿Y que tiene que ver esto con la histeria? El paralelo que yo trazo es el siguiente. Es como desear fervientemente a una mujer de determinadas características. Por poner un ejemplo; rubia alta, esbelta, con curvas prominentes y de un determinado perfil intelectual. No solo desearla, además gritarlo durante años a los cuatro vientos. Bueno un buen día esa mujer aparece, manifiesta un interés en el supuesto interesado. Y en ese momento, en ese preciso momento, el interesado ya no muestra interés. Mágicamente dejan de importarle  las damas de esas características. Prefieren quedarse en su casa, mirándose en el espejo. Porque su vanidad no le permite compartir su existencia con nadie. Nadie es merecedor de acceder a semejante adonis.
   En realidad la explicación que yo le doy es que no tienen el coraje suficiente para comprometerse. Porque el compromiso es para los valientes, para los que se la juegan, para los que sueñan ver sus ideales plasmados.
   En cambio los que prefieren la oratoria irónica o sínica desde un pulpito, un café o un estudio de Tv. Los que eligen buscar con lupa un mínimo aspecto negativo a una ley o un decreto abrumadoramente positivo. No son ni buenos ni malos, son histéricos

1 comentario:

  1. lindo, inteligente, acido y escribe con gracia.. lastima que le gustan las rubias esbeltas sino lo invitaba a tomar un helado!! muy lindo su blog!!

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